palabras privadas

TISBE Y PÍRAMO

Varias personas me han preguntado quién es la joven mujer que aparece en la cabecera de este blog. Es Tisbe, escuchando las palabras de su amado, retratada por John William Waterhouse, (1849-1917).
Cuenta Ovidio en el libro IV de las Metamorfosis que Tisbe era la más hermosa de las jóvenes de Babilonia. Desde pequeña se había criado en el mismo barrio que Píramo, su vecino. Ya desde niños fueron amigos y la amistad, poco a poco cedió paso al amor. Se hubieran casado si las familias de ambos no se hubieran negado en rotundo. Pero no pudieron detener la llama que ya había empezado a arder. Nadie estaba al corriente de su amor, excepto la pared que separaba las casas de los amantes. En ella se había formado una grieta tiempo atrás y los jóvenes la vieron, porque, como se pregunta Ovidio “¿qué se le escapa al amor?”. A través de esa minúscula abertura Tisbe y Píramo se decían ardorosas palabras, a través de esa pequeña grieta viajaban, seguras, privadas, las palabras tiernas de los dos muchachos. Pero la pasión era fuerte y la pared, amiga, de repente se tornaba en enemiga pues impedía que sus cuerpos se fundieran. Tras muchos lamentos decidieron burlar a sus guardianes y salir no sólo de casa, sino también de la ciudad, y quedaron justo debajo de un árbol, cargado de frutos blancos, una morera que se hallaba al lado de una fuente.
Al caer el día, Tisbe cubrió su cara con un velo y escapó de la casa paterna. Salió de la ciudad y no tuvo miedo porque el amor nos convierte en criaturas audaces. Llegó al árbol junto a la fuente y sentó a esperar. Cuando he aquí que, bajo la tenue luz de la luna, vio venir a lo lejos una leona, que acababa de matar a unos bueyes y se dirigía a beber agua de la fuente con el hocico manchado de sangre y espuma. Tisbe echó a correr y se escondió en una cueva cercana, pero en la carrera dejó caer el velo con el que se había cubierto la cabeza. La leona, tras calmar su sed, topó con el velo, lo husmeó y lo desgarró con sus fauces ensangrentadas.
Píramo había salido más tarde y al llegar junto a la morera pudo apreciar en el suelo las grandes huellas de una bestia. Al encontrar el velo manchado de sangre palideció y creyó volverse loco. Dijo: “Una sola noche verá el fin de dos enamorados, de quienes ella, era la más digna de haber tenido una larga vida; es mi alma la culpable, he sido yo, desdichada, quien te ha causado la muerte, puesto que te obligué a venir de noche a este lugar lleno de peligros y ni siquiera llegué primero. ¡Despedazad mi cuerpo y devorad con feroces mordiscos mis criminales entrañas, oh leones que habitáis bajo estas rocas! Pero es de cobardes limitarse a desear la muerte!" Y diciendo esto y acercándose el velo de Tisbe a la cara para retener su olor, se clavó en el vientre el puñal que llevaba. La sangre salió a borbotones, manchando de rojo oscuro, casi negro, las blancas frutas de la morera y empapando sus raíces.
Y ella sale de la cueva, nerviosa, deseando encontrarse con Píramo y contarle de qué peligro tan horrible había escapado y lo busca con los ojos y llega al lugar, pero duda al contemplar el color oscuro de los frutos. Y mientras la duda invade su espíritu observa en la oscuridad un cuerpo tembloroso en el suelo y en él reconoce a su joven vecino. Abraza su cuerpo y besa su rostro helado y él la reconoce por un instante, justo antes de cerrar los ojos. Cuando ve su velo todavía aferrado por la mano amante y el puñal comprende. Y decide seguirle en el camino de la muerte, pero antes de clavarse el frío acero exclama: “no neguéis a quienes estuvieron unidos en un amor verdadero y en los últimos instantes de la vida que reposen en el mismo sepulcro. ¡Y tú, árbol que ahora recubres el infortunado cuerpo de uno, y que pronto recubrirás los cuerpos de ambos, conserva un testimonio de nuestra desgracia y ten siempre, frutos oscuros, del color del luto, en recuerdo de la sangre que vertimos los dos!”
Sus ruegos conmovieron a los dioses y el color de las moras, cuando maduran, sigue siendo oscuro, y las cenizas que quedaron de la pira funeraria reposan en una misma urna.

9 comentarios:

Selene dijo...

Me encanta ese pintor, y la historia de Píramo y Tisbe bonita y triste.

Gracias por tu visita a mi blog.

Un beso.

Tesa Medina dijo...

Dejaste tu huella en mis moreras y la sigo hasta aquí para asistir a una bella historia de amor, muy bien relatada, que también acaba, aunque de manera trágica, debajo de una morera. Será que estábamos predestinadas a encontrarnos en la maraña de la red.

La pintura es preciosa. Volveré a visitarte con tiempo para leer tus poemas que vi de un vistazo.

Besos.

Marta Uma Blanco dijo...

Qué curiosa coincidencia -o sincronicidad-. La morera significa abundancia, ojalá abunde la creatividad en nuestras vidas. Bienvenida Tesa, mis poemas te esperan.
Un saludo

Unknown dijo...

Historia triste y a la vez hermosa. El rostro de ella tan expresivo, hace compartir lo que ella esta sintiendo.
No sabía esa historia, gracias por enseñarmela.
Eso es algo maravilloso que tienen los blogs, el que todos enseñan algo.
Te comento un proyecto que se esta gestando, quizá te interese a vos y a quienes conozcas. Queremos abrir, una comunidad, al estilo de lo que hoy es www.cucoalmeria.net, pero de arte. O sea, fotografías, poemas, historias, relatos, cuentos, música, pintura. Si deseas sumarte, me avisas en el blog o mi msn es msag22@gmail.com. Besos enormes y te sumo a mis links

Marta Uma Blanco dijo...

Gracias por tu comentario, Sole. Es lo que tiene Waterhouse, parece otorga alma a los personajes que retrata. El proyecto que propones me parece muy interesante, estamos en contacto.
Un saludo.

comopompasdejabon dijo...

Hola Uma, triste desoladora, tragica la historia de Tisbe y Priamo, grandiosa como todas las de la antigüedad, por eso les gustaban tanto a los Prerafaelistas.
En cuanto a mi estoy atravesando un mal momento pero pasará, estoy segura y los versos volveran a llenarse de esperanza.
Gracias por tu cariño, un fuerte beso.

MAYA dijo...

Marta: Esta leyenda mitológica es maravillosa. Más allá que la pintura de de una belleza extrema. La historia de estos dos amantes es preciosa. No sabes como me toca esta historia. En lo personal y en el mundo mágico del blog. Voya a retornar siempre por tu casa, por lo posts que he leido hoy se han quedado guardados en mi corazón.

Un abrazo fuerte,

Maya

Marta Uma Blanco dijo...

Pompas, sé que te gusta mucho la mitología y que tus poemas beben de ella. Qué hermosa manera de explicarse las cosas ¿verdad?
Yo siento que atravieses un mal momento y te doy desde aquí muchos ánimos para que pronto vuelvas a estar bien y a deleitarnos con tus versos.
Un abrazo muy fuerte.
Marta Uma Blanco

Marta Uma Blanco dijo...

Gracias de corazón, Maya. ¿Qué tendrá la mitología que hace sonar cuerdas en nuestro interior que no sabíamos que existían, que de alguna manera resuenan con ecos de experiencias propias? Encantada de que pases por aquí. Eres muy bienvenida.
Un abrazo muy fuerte
Marta Uma Blanco