
Has llegado,
con olor a infusión tibia
y rumor de zapatillas desgastadas.
capaz de conjurarte,
después de lo pasado,
después de lo dolido,
después de aquel sonido aterrador
que hizo mi corazón al desplomarse.
has venido,
aquí estás.
con tu sonrisa de abuela,
no me apremias,
no me culpas,
no preguntas por mañana.
de la caída de las hojas,
danza
milagrosamente,
dejándose llevar
sin miedo,
sin preguntar, tranquilo,
a qué puerto arribaremos,
Aquí estás,
has llegado,
y me invitas a parar
y recoger
las flores frescas
del camino.
Pintura de William Waterhouse