palabras privadas



Si tropiezo y caigo
todo se hará añicos.
No quiero recordar los tiempos
en que con saliva
intenté recomponer
aquellos trozos
de mí misma.
No tengo valor para cargar
de nuevo.
Frágil es mi espalda.
Cuando el cántaro se rompe,
dime madre,
¿es justo alimentar
un sueño?