palabras privadas

SINO


Tal vez sea mi sino
bajar cien veces la escalera
para recoger los restos de mis sueños.
¿Para qué recomponerlos?
¿Para qué tanta molestia?
Mejor será trepar
por esa cuerda floja del dolor
en pueril malabarismo.
Marta Uma Blanco

5 comentarios:

Miguel Ángel Gómez Cabrera dijo...

Este me ha gustado especialmente... me recordó a algo que escribí hace tiempo. Al monólogo de mi cabeza..

"Yo solo soy fiel a los dictamenes de mi corazón.

El ejercicio de mi monólogo diario tan sólo es la puesta en marcha del engranaje sin fin de mis actos, se ordenan por preferéncia, se pule los obscenos y se descartan los pocos prolíficos.

Como si se tratara de un juego ordenado, el caos se apodera de mis esquemas...

Pero no por eso soy menos responsable de mis actos"

Me gusta tu estilo es muy personal aunque se pueden encontrar pequeños rasgos de tus lecturas. Como por ejemplo se nota que Homero fué una gran influéncia y me atreveria a decir que también leiste algo de García Márquez... "déjame que calle
con tu silencio el mío"

con cariño
Miguel Ángel

Marta Uma Blanco dijo...

Miguel Ángel
Gracias por tu comentario, me dejas un poco perpleja, aclárame lo de Gabo, por favor, porque es algo totalmente inconsciente.
¡Qué sino! ¿eh?
Un abrazo

Anónimo dijo...

Me gusta mucho todo lo que escribes. Siempre que puedo la leo. Un abrazo
anamorgana

ralero dijo...

Yo pienso que carecemos de sino -o que nuestro sino es la carencia- y que es pavoroso cuando nos corroe la duda entre si trepar por esa cuerda floja o volver a bajar las escaleras para tratar de recomponer -tarea imposible, imagino- esos vestigios desparramados sobre el vacío de lo pasado.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Me gusta este poema.

Gracias.